Existen algunas fechas históricas importantes relacionadas con la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). En las décadas de 1970 y 1980, el activismo social enfatizó los movimientos sociales, las demandas de los consumidores, la creciente regulación y el desarrollo de modelos empresariales más responsables socialmente.
En 1972, también se llevó a cabo la Primera Cumbre para la Tierra, en la que se adoptaron una serie de principios sobre el medio ambiente, como la Declaración de Estocolmo y el Plan de Acción para el Medio Humano. En la década de 1980, la Organización Internacional del Trabajo emitió la Declaración Tripartita de Principios Sobre Empresas Multinacionales y Política Social, proporcionando lineamientos generales sobre cuestiones laborales, de formación, condiciones de trabajo y vida, así como también relaciones de trabajo.
En 1987, se publicó el Informe Brundtland, que definió el desarrollo sostenible como “aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer las suyas.” Este informe trataba no solo temas relacionados con el desarrollo sostenible, sino también otros temas importantes como el papel de la economía internacional, energía e industria, y condiciones legales de protección ambiental.
Existen importantes acontecimientos históricos relacionados con la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Un hito importante fue el Foro Económico de Davos en 1999, donde el Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi Annan, propuso un Pacto Mundial que incluye la participación de empresas, organizaciones cívicas y laborales para asegurar que los beneficios de la globalización se extiendan a todos los seres humanos.
Lanzado en 2000, el Pacto Global es la primera iniciativa pública que promueve el compromiso de las organizaciones de alinear sus estrategias y operaciones con diez principios universalmente aceptados en áreas como Derechos Humanos, Estándares Laborales, Medio Ambiente y Anti-corrupción.
En el mismo año, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Declaración del Milenio, que estableció los objetivos y las metas para el desarrollo, conocidos como los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM).
El ex Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, ha afirmado que las empresas son socios vitales para la consecución de los ODM, y deben evaluar sus impactos, establecer metas y comunicar de forma transparente sus resultados.
En el 2015, en colaboración con sus 193 estados miembros, la ONU presentó los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), 169 metas y 232 indicadores para el periodo 2015-2030, conocido como «Agenda 2030». Los ODS cubren temas globales importantes como la reducción de la pobreza, la salud, la educación de calidad, la igualdad de género, la infraestructura, la reducción de desigualdades y la acción por el clima.
Así, estas fechas históricas dan contexto y marcan importantes acontecimientos históricos son importantes para entender el progreso de la RSE y los ODS, y demuestran el compromiso global para construir un futuro más sostenible para todos.
Actualmente, a nivel mundial, se considera a las empresas como agentes clave para lograr el desarrollo, tanto a nivel internacional como local. Por tanto, esto implica una oportunidad relevante al permitir que las empresas dejen de ser meros agentes financiadores o donantes, y se conviertan en socios imprescindibles.
A diferencia de sus predecesores, los Objetivos de Desarrollo Sostenible hacen un llamado explícito a todas las empresas, para que apliquen su creatividad e innovación, con el fin de resolver los retos del desarrollo sostenible.
En este sentido, la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) implica que las empresas reconozcan sus responsabilidades y compromisos con respecto a la sociedad, el medio ambiente y los intereses económicos a largo plazo.
Es crucial destacar que, para alcanzar el éxito en este ámbito, las empresas deben comprometerse no solo con prácticas comerciales éticas, sino también con la transparencia y la responsabilidad hacia sus grupos de interés. Esto no solo contribuye a mejorar la imagen de la empresa, sino que también fomenta la confianza y credibilidad en la organización.
Asimismo, es importante mencionar que el futuro de las empresas está estrechamente relacionado con el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Por ejemplo, al reducir la desigualdad (ODS 10), los conflictos (ODS 16), luchar contra la corrupción (ODS 8) y frenar el deterioro ambiental (ODS 15), se creará un contexto más favorable para los negocios.
En definitiva, el compromiso de las empresas con la responsabilidad social empresarial y los ODS es fundamental para lograr un desarrollo sostenible y un futuro próspero para todos. Es necesario que las empresas comprendan la importancia de su papel en la sociedad y se involucren activamente en la implementación de prácticas comerciales éticas y sostenibles, para contribuir al avance social y ambiental y garantizar el éxito empresarial a largo plazo.
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