El origen de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) se puede remontar casi de tiempos antes de Cristo, “Zaratustra (1767 AC), primer filosofo de la humanidad, en la Antigua Persia, en su lengua natal, el avesta, propuso el término “Vohû Khshathra Vairya” para dar origen a lo que en la actualidad conocemos como responsabilidad social. Zaratustra propuso sus estrategias de responsabilidad social en el primer tratado de ética que conoció la humanidad: Los Gathas cuya filosofía basada tres pilares fundamentales que él distinguió como “buenos pensamientos, buenas palabras y buenas acciones”
En adición a su origen persa, las discusiones sobre responsabilidad social empresarial tenemos que en las culturas griega y romana las actividades comerciales fueron consideradas como un “mal necesario” apareciendo restricciones filosóficas sobre el trabajo de los mercaderes.
Posteriormente, en la edad media continúan las restricciones religiosas planteadas por la iglesia católica, que consideraba como despreciables a las actividades comerciales y de negocios. Hacia el siglo XIII, ante el crecimiento del comercio en las ciudades europeas.
Podemos mencionar que la Iglesia Católica ha desempeñado un papel significativo en los fundamentos de la Responsabilidad Social Empresarial. Uno de los principales exponentes fue Santo Tomás de Aquino en el siglo XIII, quien estableció el concepto del precio justo determinado por los mercados y los márgenes de utilidad razonables, reconociendo así la importancia de los clientes o consumidores en la realización de las actividades comerciales.
La ideología judía favorable al capitalismo, la reforma y el nacimiento de la ética protestante hacen que el comercio ya no sea visto como una labor denigrante.
Entre los siglos XV y XIX el comercio y las industrias crecen de forma sostenida, convirtiendo a la ética capitalista en un eje fundamental del desarrollo de la humanidad
Las discusiones sobre responsabilidad social empresarial continuar a surgimiento del movimiento obrero durante finales del siglo XIX. La lucha sindical permitió mejoras significativas en las condiciones laborales para trabajadores industriales e inclusivamente contribuyó a crear conciencia sobre cuestiones socialmente esenciales por el sector privado, tales como el nacimiento y la creación de pequeñas fundaciones y proyectos filantrópicos en empresas cuando las acciones de las compañías empezaron a tener un impacto más allá de la comunidad local en la cual proveían de empleo, bienes y servicios.
Luego de la revolución industrial de fines del siglo XIX, las empresas cobran un rol mucho más protagónico en el sistema. Sin embargo, a raíz de la crisis de 1929, la labor empresarial es cuestionada, optándose por estados con mayores atribuciones, lo que se mantuvo hasta pasada la segunda guerra mundial. Es a partir de la década de los cincuenta que las compañías empiezan a consolidarse y el concepto moderno de RSE comenzó a tomar forma en dicha décadas, cuando algunas empresas comenzaron a considerar el impacto social y ambiental de sus operaciones.
En la década de 1960, el concepto de RSE comenzó a ganar más atención y, en la década de 1970, las definiciones de RSE se expandieron y proliferaron. El enfoque en investigación empírica y temas alternativos tales como el de desempeño en RSE y la teoría de los stakeholders marcaron los años 80. Así como la aparición de las normas ISO 9000 a finales de la década de los 80, dan inicio a la creación de conciencia de calidad y ética en las empresas, al surgir en 1996 la ISO 14000 se consolida la administración de sistemas de calidad ambiental, estableciendo de esta forma parámetros para cimentar los grupos de interés.
Este enfoque continuo hasta finales de los 90, donde se establecerse los diferentes grupos y organizaciones que se dedicarán a establecer las normas sociales empresariales, donde el concepto de RSE suministrando las bases o punto de partida para conceptos y temas relacionados.
A partir de entonces, la RSE ha evolucionado y se ha expandido a nivel mundial, y las empresas se han vuelto cada vez más conscientes de su responsabilidad social y ambiental en el contexto de una economía global interconectada.
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