El sector empresarial tiene un nivel de vulnerabilidad intrínseco desde la perspectiva de la gestión Ambiental, Social y de Gobernanza (ASG). La gestión inadecuada o la inexistencia de esta, puede conllevar a que las empresas corran riesgos comerciales o financieros asociados a la capacidad de resiliencia ante las condiciones del cambio climático. Es por ello por lo que, la incorporación de una estrategia ASG robusta, constituye nuevas oportunidades de negocio para aquellas empresas que se están transformando y adaptando a un modelo de negocio sostenible.
Previamente, debemos entender y analizar a qué nos referimos cuando hablamos de negocios sostenibles. Su significado se refiere a la permanencia de las empresas frente a un mercado competitivo, de una forma autosuficiente tanto a nivel operativo como financiero. Siendo el contexto actual, un escenario en donde las Naciones Unidad han establecido metas globales para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y los mercados emergentes están empujando con fuerza la sostenibilidad y disminución de los impactos ambientales causados por los diferentes sectores. Las empresas que se mantendrán en el tiempo son aquellas que implementen un proceso de adaptación y transformación de sus modelos de negocios.
Existen diferentes modelos de negocio sostenibles, que se pueden adaptar de acuerdo con la misión y visión de las empresas, los cuales veremos a continuación como una respuesta a la integración de la estrategia ASG que pueden implementar las empresas:
Responsabilidad Social Empresarial: Se podría considerar este modelo, como la piedra angular de los negocios sostenibles. Ya que, desde 1992 donde el Club de Roma publicó Los límites del crecimiento y sus repercusiones sobre el cambio climático, hasta la publicación de los 17 ODS de las Naciones Unidas en el 2015, se ha hecho énfasis en la concientización que deben tener las empresas respecto al impacto que generan sobre el ambiente y la sociedad del entorno. Ya que, las comunidades vecinas, son las principales afectadas en casos de contaminación por los procesos de las empresas. Este concepto, se ha venido transformando hasta definirse como aquellas actividades que se realizan para promover la economía social, incluyendo determinados grupos sociales, facilitando el acceso a emprendedores o incluso creando proyectos comunitarios para fortalecer las microeconomías. Creando, una buena imagen reputacional y entregando valor sostenible a la sociedad.
Economía Circular: Este modelo suele ser útil para abordar necesidades de la gestión de los residuos y desechos. Así como hacer más eficiente el aprovechamiento de las materias primas, para generar nuevos productos o subproductos. Dichos, se están volviendo cada vez más competitivos en los mercados y representan una innovación en la fuente de ingresos de las empresas. Entendiendo que primero, las empresas deben priorizar los principios fundamentales como la eliminación de los residuos desde el diseño, extensión de la vida útil de los productos y disminuir el consumo de recursos.
Certificaciones Ambientales: Otras empresas, han decidido implementar un modelo de negocio sostenible que se sujeta al cumplimiento de indicadores de impacto ambiental dentro de todas las áreas. Para ello, optan por las certificaciones ambientales que les permiten hacer más eficientes todos sus procesos, reducir las necesidades de insumos para genera el mismo producto y creando valor agregado en sus etiquetas, entregando a sus clientes un producto sostenible y posicionando a su empresa como responsable con el ambiente. Adicional, estas empresas experimentan una reducción en sus costos operativos por el mayor rendimiento y crecimiento de su productividad, lo que motiva e impulsa para mantener en el tiempo las certificaciones, que ofrecen nuevas oportunidades de mejora conforme avanzan las tecnologías
Lo que podemos observar en estos tipos de modelo de negocio, es el factor común ASG y las estrategias que se incorporan desde la gobernanza responsable en su gestión ambiental para el manejo de los recursos naturales que se utilizan en sus procesos, así como la gestión social referente a temas de responsabilidad empresarial y seguridad ocupacional de sus colaboradores. Otorgando una propuesta de valor económica, social y ambiental de forma holística. Entendiendo como una propuesta de valor sostenible para las partes interesadas, que están demandando con mayor regularidad el cumplimiento y responsabilidad ambiental de las empresas.
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